El futuro avanza hacia un mundo más efectivo de la mano de las experiencias inmersivas. Dentro de este ámbito hay que familiarizarse ya con conceptos muy empleados en el día a día como realidad virtual o metaverso. Raúl Boldú, responsable del equipo de tecnologías inmersivas del Digital Hub en Acciona protagonizó el último encuentro organizado por LUCE Gijón Laboratorio urbano bajo el título de Comunidad tech – Explorando el futuro: Metaverso & experiencias inmersivas que se celebró el pasado 27 de octubre en el Edificio Cristasa.
Durante su intervención desgranó los beneficios que tienen estas tecnologías y hacia donde se dirigen. En la sala se dieron cita en torno a medio centenar de personas que pudieron resolver muchas de sus dudas.
Raúl Boldú explicó que “cuando vemos algo, el cerebro procesa la imagen y manda la orden al resto del cuerpo”. Pero al poner las gafas de realidad virtual, “el cerebro nos engaña” y debido a la potencia que tiene esta técnica es “como si estuviéramos en el mundo real”.
Respecto al metaverso, lo definió como el “mundo virtual, réplica del real interconectado”, en donde existe la posibilidad de “crear cualquier situación”. Gracias a él será posible “interactuar con otras personas” en un mundo tridimensional. Hoy en día se está utilizando “para todos los sectores”, como pueden ser reuniones virtuales, deporte, museos, formación, gemelos digitales, inmobiliarias, juegos o social.
El futuro de las tecnologías inmersivas se encamina hacia unos dispositivos más ligeros; avatares con IA en donde “les preguntas como si fueran una persona”; interoperabilidad, con “2 o 3 empresas que lideren el mercado”; computación espacial; sistemas de navegación, cloud rendering y despliegue masivo.
El metaverso, en definitiva, tiene el propósito de “simplificar las tareas”, de hacerlo todo más sencillo, y al mismo tiempo servirle de gran ayuda a las empresas. En el caso de Acciona, la plataforma de metaverso cuenta con “el potencial de revolucionar las comunicaciones”. El objetivo es que “se convierta en una herramienta cotidiana” dentro de la compañía, señala.
La tecnología inmersiva “ofrece beneficios significativos” con cabida en casi todos los sectores. El único inconveniente que se detecta son la “estandarización y la regularización”, apunta Boldú. Respecto a esto último, considera que “si no se regula, habrá problemas”. No obstante, pone de relevancia lo que ocurre en China, donde incluso ya existen “oficinas oficiales en el metaverso”.