Gijón trabaja desde hace tiempo en la implantación de un nuevo modelo de ciudad, en donde la sostenibilidad y la eficiencia energética la conviertan en un lugar mucho más interesante para vivir.
El concepto de ciudad inteligente ha ido evolucionando a lo largo de los años. En un primer momento se le dio un enfoque más orientado hacia la tecnología, un enfoque centrado en soluciones, principalmente ofrecidas por grandes compañías que se marcaban el objetivo de crear ciudades en busca de la eficiencia y la innovación.
La evolución de esta forma de entender la Ciudad Inteligente se acerca a un enfoque centrado en la gestión municipal, en donde las soluciones tecnológicas no solo son importantes en sí mismas, si no que cobran sentido si son implementadas para mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas de la ciudad. Durante estos últimos años, el debate ha pasado de centrarse en la tecnología y la gestión municipal a incluir, además, una propuesta centrada en las personas y en la colaboración, en la importancia de la participación ciudadana en este intento por conseguir una mayor calidad de vida y bienestar general.
Como consecuencia de esto se mejora el empoderamiento de las personas, que pasarán a tener un papel relevante para analizar el qué ocurre en la ciudad, además de crear una estrategia basada en la inteligencia colectiva.
Por lo tanto, podemos definir el término ciudad inteligente como aquella capaz de mirarse hacia adentro e identificar cuáles son sus desafíos (qué necesitan las personas para tener la calidad de vida que requieren) y construir soluciones únicas para hacerles frente. Gracias a esta participación se puede poner en marcha un mapa de necesidades y retos municipales, además de construir un repertorio de soluciones que surjan desde la ciudad para la propia ciudad.
Gijón lleva varios meses trabajando en este proceso de cambio a través de Gijón Smart Light, Smart City, una iniciativa del Ayuntamiento de la ciudad y desarrollado por Acciona Energía. Tiene el propósito de acelerar el proceso de transición verde, energética y digital de Gijón, orientado todo ello al desarrollo de una ciudad inteligente, donde tendrán una especial relevancia el emprendimiento, la innovación, la sostenibilidad, el empleo y la participación ciudadana.
Una de las acciones más visibles de este proyecto y que se llevará a cabo durante los próximos meses es la renovación de todo el alumbrado del concejo (42.000 puntos de luz), para instalar un sistema led más eficiente y conectarlo a la red de internet de las cosas. Además se llevarán a cabo actuaciones para la producción de energía a través de fuentes renovables, y actividades de promoción y formación para que los vecinos y vecinas de Gijón puedan tomar parte.
Un ejemplo claro de la involucración de la ciudadanía en el proyecto es el decálogo firmado entre representantes de vecinos, Ayuntamiento y Acciona en el arranque del mismo. En este decálogo se recogen diez compromisos para avanzar hacia un futuro inclusivo, sostenible y digital en común.
Poner los medios para lograr una ciudad moderna, inteligente, sostenible, donde el suministro energético y su gestión facilite una transición energética justa.
Mejorar la gestión energética de la ciudad aportando valor a la sociedad, de forma que la eficacia y eficiencia permita mejorar los servicios públicos al tiempo que se reduce nuestra huella de carbono.
Conseguir una iluminación más eficiente, reduciendo el consumo y optimizando su uso por medio del uso de la tecnología, y sin perder de vista las tendencias y avances en la materia.
Promover e impulsar la investigación y la mejora del conocimiento entre todas las personas y empresas para caminar hacia un futuro próspero.
Intensificar el protagonismo de la ciudadanía en la identificación de retos y búsqueda de soluciones como ciudad, poniendo al servicio de las personas los espacios físicos y digitales necesarios.
Formar y orientar a los niños y niñas para crear un futuro en el que la sostenibilidad medioambiental, económica y social sea la prioridad de todos y todas.
Aprender y valorar la experiencia de las personas de diferentes sectores, intereses, orígenes, capacidades y edades, teniendo en cuenta su conocimiento y necesidades, fomentando el intercambio y poniendo en valor la riqueza de la diversidad.
Orientar la divulgación del proyecto por medio de la responsabilidad social corporativa, caminando hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda Urbana por medio de la digitalización e innovación social con el ánimo de no dejar a nadie atrás.
Eliminar la desigualdad de género en el ámbito de la transición energética como eje transversal a la vida de la ciudad, visibilizando el papel de las mujeres directivas y profesionales técnicas del sector, rompiendo estereotipos y acercando las carreras ligadas a la ingeniería, análisis de datos, energía y tecnología en general. Las sociedades y entidades igualitarias son también más prósperas.
Evolucionar y adaptarnos, escuchar y aprender, pensar desde lo colectivo para que la ciudad del futuro sea amigable con las personas y el medioambiente.