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Todo lo que esconde la instalación de una farola: los aspectos que debes conocer

23/02/2023

La colocación de una farola en un lugar concreto, con una intensidad determinada y a una cierta altura u orientación esconde tras de sí un profundo trabajo técnico. Nada es fruto de la improvisación o el azar. Todo está condicionado a la búsqueda de una solución lumínica lo más eficiente y precisa posible, con el ánimo de generar una seguridad y un confort visual.

De ahí que antes de dar respuesta a las necesidades del alumbrado vial se lleve a cabo un exhaustivo estudio lumínico. Este análisis permitirá conocer la luz que requiere un espacio según la normativa de cada caso concreto. Se toman como referencia una serie de parámetros como son la ubicación geográfica, el tipo de vía y velocidad de circulación, actividad que se lleva a cabo en ese espacio, el número de luminarias a instalar y la distancia entre las mismas, o altura y elementos que pueden interferir en la iluminación, entre otras cosas.

Con todo esto se determina la elección los niveles de iluminación, la potencia de luz, el tipo de óptica o la temperatura de color en función de la distribución de los puntos de luz existentes.

Este tipo de análisis es el que se ha desarrollado en el marco del proyecto Gijón Smart Light, Smart City, para conseguir una eficiencia energética y lumínica en los distintos lugares del concejo.

¿Qué esconde el proceso de iluminación de una vía pública?

Existen una serie de conceptos esenciales que nos ayudarán a entender con más precisión las necesidades lumínicas de los espacios. Es el caso, por ejemplo, de iluminancia o flujo luminoso, que hace referencia a la cantidad de luz que llega a una superficie de manera directa. Por su parte, luminancia es la medida de luz que llega a nuestros ojos procedentes de objetos determinados, siendo la causante de excitar la retina provocando la visión. Dicha luz procede de la reflexión que experimenta la iluminancia cuando incide sobre los cuerpos.

En ese sentido, hay que hacer mención al índice de reflexión, que es una característica óptica que percibimos de la calzada iluminada. Sería la intensidad luminosa que se refleja en nuestra vista y que procede de la iluminación que está recibiendo la vía por la que transitamos.

Otro concepto importante, y quizás no tan desconocido, es el de temperatura de color. Podemos diferenciar entre color frío, que tiende a blanco, o cálido, que tira a naranja. En espacios exteriores públicos con tránsito de personas se prioriza la luz con temperatura cálida, que oscila entre los 2.700 y los 3.000 Kelvin. A medida que incrementa la temperatura de color se va adoptando un tono más blanco.

Para conocer si una instalación es adecuada y cumple con las condiciones de seguridad y visibilidad precisos se determinan un conjunto de parámetros que se utilizan como criterios de calidad:

  • La iluminación media

  • Uniformidad

  • Deslumbramiento

  • Iluminación conjunta de los alrededores

La iluminación del futuro es ya una realidad que ha puesto en marcha el proyecto Gijón Smart Light, Smart City.

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